Señora presidenta de la nación:

Estoy dolido, muy dolido. Debo admitir que la consideraba ignorante desde cuando dijo que 


"los profesores no deberían quejarse porque tienen muchas vacaciones", pero jamás la creí 

tan insolente como para emitir el comentario que emitió acerca de la diabetes. Y sí, YO 

TENGO DIABETES.

Me llamo Gonzalo, nací el 06/08/92 y, por si acaso, una foto mía acompaña esta palabras. 


Dígame, señora presidenta, ¿dónde ve mis kilos de más? . Esta enfermedad me acompaña 

desde que tengo 6 años, y gracias a Dios me la descubrieron justo antes de que otro 

desmayo por hipoglucemia acabara con mi vida.

Le cuento también, señora presidenta, que no soy para nada sedentario porque hago 


deportes todas las semanas y camino alrededor de 40 cuadras todos los días. Y si no me 

atrevo a caminar más, es por culpa del monstruo que tiene a su lado pero que parece no ver, y 

que cada día crece mas: la inseguridad. Esa inseguridad que está latente, que podemos 

observar y sentir; esa misma que nos puede matar.

Señora presidenta, quiero que sepa que no poseo un nivel adquisitivo alto. Mis padres 

trabajan, trabajan para poder darle a sus hijos las herramientas que los ayuden a forjar un 

buen futuro dentro del bélico escenario que nos tiene como protagonistas; escenario que, sin 

lugar a dudas, usted fomenta y expande con cada una de sus declaraciones.

Hace 4 años, a causa de la diabetes, me agarró una convulsión que me tuvo en coma casi un 

día entero. ¿Y sabe qué? Creo que ni nadie, ni usted, puede generalizar como ha 

generalizado en torno a la gente que tiene diabetes. Terminé el colegio, estoy a 5 materias de 

recibirme de periodista y estudio en la Universidad Nacional de La Matanza, ¿recuerda ese 

nombre?

Y OJALÁ TUVIERA UN ALTO PODER ADQUISITIVO!... o tal vez no.

Prefiero seguir así como estoy, porque prefiero que el dinero y la codicia no me enferme el 

alma como se la ha enfermado a usted. ¿Y sabe algo, señora presidenta? Tengo una 

enfermedad, es verdad. Tengo diabetes, también es verdad. Contraje esta enfermedad por 

causas del destino, tal vez; no fumo, no bebo alcohol, hago deportes y no tengo sobrepeso. Y, 

lo más importante del mundo, es que soy feliz.

¿Me molestó su comentario? Sí, mucho. ¿Me molestó porque nunca nadie había hablado de 

mi enfermedad hasta el momento? No, para nada. Señora presidenta, me molestó su 

comentario porque se olvida que tiene un hijo obeso, gente que muere todos los días de forma 

violenta y un país que, día a día, se encuentra más dividido.

Gonzalo